En realidad, estamos pensando en la alimentación de los seres humanos. Hace un tiempo atrás, habíamos mencionado cierta información proveniente de productores ecologistas de Andalucía que explicaban cuál es el aporte de los alimentos al calentamiento global. No obstante, no es necesario ser un productor ecologista para comprender la importancia de los alimentos ecológicos.
La mayoría de los consumidores se sienten más que felices de comprar productos “verdes”. En un estudio reciente realizado por Shelton Group, el grupo descubrió que los consumidores que compran productos ecológicos, al menos ocasionalmente, lo hacen más pensando en el dinero que gastarán sabiamente que en contribuir a mejorar el medio ambiente.
Un reciente estudio británico afirma que los alimentos orgánicos no son más nutritivos que los alimentos cultivados de modo tradicional. Pero esto no es lo que hace a la cuestión. Si se quiere minimizar la exposición a los pesticidas y ahorrar dinero, ya es sabido que los productos que llevan la etiqueta ecológica serán siempre más saludables. Especialmente, cuando nos referimos a frutas y a hortalizas que son las que poseen mayor cantidad de residuos de pesticidas. Algunos de estos productos son: melocotones, manzanas, pimientos dulces, apio, fresas, cerezas, col, lechuga, uvas (importadas), zanahorias y peras.
Los productos más limpios (o por lo menos, aquellos que contienen menos residuos de pesticidas) son cebollas, aguacates, maíz dulce (congelado), piñas, mangos, espárragos, arvejas (congeladas), kiwi, coles, berenjenas, papayas y sandías.
Ya sólo con pensar en los beneficios de una alimentación saludable tenemos un buen motivo para ser ecologistas. Por supuesto, motivos hay muchos más que ya iremos comentando.
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